Soul es una película animada del atípico año 2020 que se estrenó virtualmente por Disney+. Está escrita y dirigida por Peter Docter, el mismo tipo de Intensamente (2015), Up (2009) y Mosters inc. (2001), (esta última mi película favorita de Pixar). No sabría categorizarlo de manera específica a Docter más allá de las últimas dos películas: en ambas dos crea mundos ficcionales simbólicos, en Intensamente psicológico y en Soul espiritual. Efectivamente simplifica y da explicación a cuestiones ciertamente complejas y sin respuesta alguna. De esta forma sucede algo muy extraño en la película, se habla con certeza y ley casi científica de cosas que no se saben o no existen, que cada persona cree conocer por su historia personal pero que difícilmente las películas puedan ofrecer.
El argumento de la película es el siguiente: un musico de Jazz que fracasa como musico se dedica a ser profesor de música en un colegio secundario. Consigue un gig para tocar el piano con una saxofonista importante, después de hacerlo sale corriendo y festejando, hablando por teléfono, distraído, se cae a un pozo y muere. Como un alma se encuentra en una especie de escaleras que llevan a los muertos al más allá. Desesperado y gracias a los poderes de las transiciones de la animación logra escaparse de allí y caer en el “Más atrás” que, según mis subtítulos, sería el lugar donde están las almas antes de tener cuerpo físico, de vivir, de ver hojas caer de los árboles o ver un atardecer. Estos mundos son profundamente burocráticos y de trabajos de oficinas de unas cosas que serían como unos ángeles. El caso es que el personaje principal, Joe, parece tener la posibilidad de volver a su cuerpo y tocar con la gran saxofonista, no lo logra inicialmente. Y a raíz de ciertas explicaciones del universo se le ocurren posibilidades para lograrlo. Pero entremedio se encuentra el personaje de 22 un alma que nunca llega a tener forma física porque no quiere, porque no encuentra fascinación en la tierra. Juntos se van a ayudar a Joe para que vuelva a su cuerpo y a 22 no la sigan intentando convencer de encontrar algo en el mundo. Por lo tanto, a partir de ciertas encrucijadas, 22 descubre que la vida está hecha de pequeños destellos de belleza, que solo se viven a partir de la experiencia, de lo sensorial, del presente. Eso es todo lo importante, digámosle, para lo que quiero hablar.
Soul es una película que no creo demasiado interesante por sí misma, que me proponga hablar de sí, pero sí me dio ciertos disparadores. Es difícil hablar de la animación y más que nada la 3d de pixar. La gente de cine habitual, es decir no de animación, siempre se le dificulta pensarlas, porque el hacer una película de animación no plantea los problemas cinematográficos que el cine «live action» tiene. No hay una cara humana a la cual encuadrar, a la cual se debe dirigir, no hay un espacio en el cual se deba pensar un lente, nunca va a pasar que no te da el tiro de cámara. Pero la principal diferencia es que la animación no registra un momento particular de la historia en el que se movieron las ramas de un árbol mientras un bebe desayuna junto a sus padres, como según la leyenda comento Méliès. En Soul salvo por unas fotografías que aparecen de Monk, Armstrong o Coltrane, nunca se tiene la certeza de que lo principal del plano realmente sucedió. Así es como sucede algo doblemente paradójico. Primero la película se trata, como dice la película de manera trillada, de apreciar los pequeños momentos. Joe dice al final: “(…) lo que sí se es que voy a vivir cada minuto.” (En un momento se muestran los grandes momentos de su vida, y son momentos que parecen penosos, él sentado en una cafetería o en el metro, más tarde nos enteramos que el personaje disfrutó mucho del pastel que comió en la cafetería y que le fascinó el cielo que pudo ver desde la ventana del metro). Entonces habla de algo con lo que no tiene relación real con el mundo al ser animación, no tiene un referente. Segundo, ¿acaso el cine es capaz de crear esos mismos momentos a partir de esos mismos referentes, como un atardecer, y llegar a la magnificencia que se crea en ese momento presencial y experiencial, no necesariamente la misma sensación, pero sí la misma potencia?
Considero que hay dos líneas en la historia del cine que se fueron dividiendo con diferentes nombres, y que claramente no es una línea clara. Bazin los dividió en los cineastas que creen en la imagen y en los que creen en la realidad. La cuestión visto y dicho de manera literal diría que se trata de o un hombre congojado caminando por la calle cargando en la espalda la fuerza de la película (ej: Jean Gabin por los Alpes cagándose de frio con su amigo Rosenthal) o un hombre describiendo con sus palabras algo parecido a lo anterior (ej: james Stewart cada vez que habla en Mr Smith goes to Washington). El efecto en los dos casos no es muy diferente pero cómo sucede es muy diferente. Entonces la pregunta que reproduce Soul sobre el cine es esa: qué es mas efectivo y debe filmar el cine, qué debe hacer con su relación ontológica con la realidad. La debe filmar o en el caso extremo de Soul debe animar.
Pixar con el paso de los años fue extremando cada vez más su animación para que se asemeje más a la realidad, para que el movimiento de las manos del pianista sea mas semejante a la de un pianista como Jean Batiste, el compositor de la música de Jazz de la película. Pero sin embargo de alguna manera es el camino totalmente contrario y algo repugnante a mi parecer de Disney con sus remakes en “live action” como “El Rey León” y “El libro de la selva”, porque aquí sigue siendo animación, es una representación de un dibujante, que pudo haber tomado todo lo que quiera de alguien real, pero es un objeto de una ficción. Tal vez este proceso de humanización de pixar mas que alejarlo de la realidad y de una verdad, solo acerca a las películas más al mundo que antes. Esta última frase todavía es un triple de atrás de mitad de cancha.
La pregunta es la siguiente: ¿qué tan verdadero es a estas instancias de la historia lo que con tanta fuerza se dedicaron a exclamar tantos maestros? ¿qué tan cierto es que el hecho de que una mariposa se pose sobre una pequeña flor en algún lugar del mundo y sea filmado por una cámara 8mm efectivamente cambie drásticamente todo el curso de la historia debido a ese aleteo, como sugirió Mekas? Yo quiero creer que es cierto, pero no creo. Yo creo que el cine, al menos ahora, (o tal vez siempre lo fue y es lo que tiene que ser) es el musico que toca las maracas en las bandas Jazz. El tipo que quiere expresar con mucha espiritualidad y potencia muchas cosas como el resto de los músicos logran, que en su cuerpo se ve que pasa, pero su instrumento no lo expresa. En otro lado escribí que creía que un caballo galopando en la pradera podía todavía fascinar con una potencia irremediable, creo que fui un poco ingenuo, pero sospechando que tal vez no era así o que no es tal cual así puse de ejemplo un caballo galopando en Historie(s) du cinema en donde a partir del montaje y del juego galopa.
Volviendo a Soul, ¿es correcto entonces que sin tener ninguna relación real con una hoja que cae de un árbol por el otoño la película trate específicamente de eso? Me parece que no. Pero sí creo que pueda inspeccionar de cote el alma y la espiritualidad con certeza ficcional y sin demasiadas pretensiones, y sin embargo creando verdadera belleza y divertimento por momentos. El caso es que tal vez el hablar de cote es lo que puede hacer el cine. Tener la actitud de un chiste de los Simpsons, que si la película termina con un chiste es una comedia y se la puede tomar con mas ligereza, o mas bien que el ver la película no va a matar a nadie. Esa es una posición posible. Que el cine con esa actitud pueda crear una belleza y potencia descomunal. Hacer que la narración, la ficción, cree emociones. Esto es Hitchcock. Me parece que esto es la base del cine. Que Hitchcock es el cine, que, si nada es cine, el cine son sus películas y esto que describí hacen sus películas.
Hay una posición que creo que es la mas me gusta. Que, aunque Soul haya intentado crear belleza con una hoja cayéndose de un árbol y a mi parecer no se haya acercado para nada a la belleza real o sensación real que percibe una persona al ver una hoja caer de un árbol, está bien que lo haya intentado. Creo que me gusta que el cine ocupe el lugar del loco de las maracas. Que deba intentar sin lograrlo crear imágenes con una potencia y tensión descomunal y que no deba únicamente provenir de la narración, de la ficción, de la mentira. Que pueda venir del mundo, del imprevisto real, de la búsqueda de la verdad. Que, si las maracas no explotan por su sonido, que sí lo haga el cuerpo, pero que intenten explotar las dos.